El término odontólogo deriva del griego odont(o) (ὀδο-ύς/-ντος), que en español significa diente. Dentista proviene del latín dents, dentis, que en español significa diente. Se puede definir al odontólogo o dentista como médico de la cavidad oral o aparato estomatognático. El aparato estomatognático lo constituyen los labios, la lengua, los dientes, el periodonto, el paladar, la mucosa oral, el piso de la boca, las glándulas salivales, las amígdalas y la orofaringe. El término estomatología deriva del griego στόμα (estoma), que en español significa boca o cavidad oral se emplea en general como sinónimo de odontología.
El campo de acción del odontólogo o estomatólogo no abarca únicamente el estudio y tratamiento de los dientes, pues comprende además toda la cavidad oral, así como los maxilares, músculos, piel, vasos y nervios que dan conformación a esta cavidad y que están conectados con todo el organismo. La odontología se relaciona con varias especialidades médicas como cirugía maxilofacial, otorrinolaringología, oftalmología, neurología y pediatría. No todas las enfermedades de la boca son tratadas por el odontólogo, las lesiones malignas (cáncer) entran en el campo de la cirugía maxilofacial y la oncología. Las lesiones de la orofaringe y las amígdalas tampoco son tratadas por el odontólogo, sino por el otorrinolaringólogo, las parálisis de los músculos que mueven las estructuras orales son tratadas por el neurólogo, las enfermedades del labio son tratadas y valoradas generalmente por el dermatólogo, etc.